¿Y si esto de aceptar el cambio no es tan fácil?

El cambio, ¿cómo podríamos describir lo que significa cambiar? según la RAE cambiar significa Dejar una cosa o situación para tomar otra. U. t. c. intr. y c. prnl. Cambiar DE nombre, lugar, destino, oficio, vestido, opinión, gusto, costumbre. Bueno bien, entendido lo que significa el cambio no es necesario darle muchas vueltas al significado de la palabra, ahora la realidad es, ¿qué hacer frente al cambio?; esta palabra es algo real y visible en nuestras vidas, tanto a nivel profesional como personal. Quizás no sea tan fácil asumirlo, nuestra naturaleza humana generalmente se satisface más de la estabilidad que del cambio y de este último no se satisface si es obligado y/o continuo (es claro que estoy generalizando, ya que hay muchas excepciones).

Pero y ¿qué hacemos en un mundo nuevo donde el cambio ya no es algo fortuito, o pasajero?, sino, por el contrario, una constante de la vida diaria, donde ya no vale solo pensar en cómo enfrentar algo que viene, sino más bien enfrentar algo que llega continuamente. Recuerdo muy gratamente una de mis primeras experiencias profesionales en la que viví de primera mano un gran cambio, una compañía de Retail que se enfrentaba a “cómo pasar de usar tarjetas Kardex a usar un sistema ERP para controlar el inventario de los productos”, no era para nada un cambio sencillo, si a la fecha controlar el inventario o stock es algo que no es fácil para muchas pequeñas y medianas empresas, para esta empresa por allí en el año 2009–2010 no era ni mucho menos un pequeño cambio, además del gran impacto que conllevaba para su modelo de negocio y el cambio mental y organizacional requerido para lograr el éxito, se enfrentaban a un cambio radical.

Haciendo una pequeña retrospectiva de aquel momento, creo que para mí era un cambio sencillo, pues primero, nunca había usado una tarjeta Kardex, y sí que le hallaba mucho sentido a que la información estuviera digitalizada, además de yo ya ser un usuario digital. Pero no sucedía lo mismo para aquellos compañeros que llevaban toda su vida trabajando allí y siempre habían usado aquellas tarjetas, claramente para ellos, si la empresa estaba allí vigente a través de los años, era porque las tarjetas habían funcionado. ¿Qué sentido tendría tener que cambiarlo a estas alturas de la vida? ¿Qué valor diferencial daría tener los datos en un sistema si igual ninguno sabemos usar el sistema? ¿No es más costoso poner un nuevo sistema que no se sabe si funcionará?, estas y muchas más preguntas eran las que ellos se hacían, mientras yo trataba de descifrar cómo carajos hacían para comprar y mantener el inventario correctamente de los productos con esas tarjetas rellenas a mano (estoy seguro de que había más de 2.000 tarjetas que tenían que mantener con la información actualizada a la semana), posteriormente me di cuenta de que aunque lograban mantener el inventario, no era nada eficiente ni rentable para la compañía la gestión del abastecimiento manual que estaban haciendo.

Seguramente tú al leer esto, recordarás muchas situaciones en las que el cambio no ha sido fácil, un cambio de país, un cambio de trabajo, una nueva relación personal, el nacimiento de un hijo, la pérdida de un familiar o alguien cercano, una crisis financiera, una pandemia, un despido, bueno acá podemos seguir enumerando un gran listado de cambios que se nos pueden presentar y de este listado tendremos muy presente cómo impactaron nuestra vida y de qué manera nos llevaron a un nuevo estado o punto en nuestra vida tanto para mejor como para peor.

Claramente, no vengo a decir una receta o pasos a seguir para gestionar el cambio, solo quiero daros a entender que este mundo nuevo es uno lleno de cambios, la estabilidad no es quedarse quieto, sino más bien saber que estarás en continuo movimiento, que las mejores capacidades que podemos desarrollar es la de la flexibilidad y adaptabilidad, pero es verdad que no son unos ingredientes fáciles de conseguir, pues esto dependerá de lo que pensamos, de nuestra experiencia de vida y de nuestras expectativas.

También quiero sugerir que es ideal entender que el cambio es algo bueno, pero no es nada fácil, que no hay recetas mágicas para afrontar el cambio, y que la mejor manera de afrontarlo es a través de la experiencia, de vivirlo y enfrentarnos continuamente a él, y si ! Seguramente habrá momentos difíciles en los que el cambio nos dé duro, en otros lo afrontaremos de mejor forma y con éxito y en ambas ocasiones lo mejor que nos puede pasar es que crecemos como personas.

Aprendamos a ser flexibles, a estar abiertos, a que las cosas cambian, a que casi nada durará para siempre, a que las estrategias que hoy nos sirven, quizás mañana no servirán, a que lo que le funciono a mis padres, quizás no me funcione a mí, y esto no tiene por qué ser algo malo, más bien es una oportunidad para aprender, para ver nuevas oportunidades, a conocer nuevas cosas y personas, a ver más allá de lo que tenemos en frente, y a su vez ver lo que otras personas están haciendo y parece tener éxito o que funciona correctamente.

Te quiero dejar con esta pequeña reflexión, si analizas en detalle las empresas y personas que generalmente tienen éxito, encontrarás que en sus características está la flexibilidad, adaptabilidad y resiliencia frente al cambio, no me imagino a Space X logrando tener cohetes reutilizables sin haber afrontado el fracaso sin el continuo cambio, tampoco me imagino una empresa como Inditex siendo estricta en mantener siempre los mismos modelos de ropa, creo que el sector de la moda continuamente requiere el cambio para ligar el éxito.

Seguramente seguiremos hablando del cambio en este blog, ya que es una constante de nuestras vidas.

Escrito por Miller Camilo Vega Diaz

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